Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Juan 3, 10-24

10 En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del Diablo: todo
el que no obra la justicia no es de Dios, ni tampoco el que no
ama a su
hermano.

11 Pues este es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos
amemos unos a otros.

12 No como Caín, que, siendo del Maligno, mató a su hermano. Y

¿por qué le mató? Porque sus obras eran malas, mientras que las de
su
hermano eran justas.

13 No os extrañéis, hermanos, si el mundo os aborrece.


14 Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque
amamos a los hermanos. Quien no ama permanece en la muerte.

15 Todo el que aborrece a su hermano es un asesino; y sabéis que
ningún asesino tiene vida eterna permanente en él.

16 En esto hemos conocido lo que es amor: en que él dio su vida por
nosotros. También nosotros debemos dar la vida por los hermanos.

17 Si alguno que posee bienes de la tierra, ve a su hermano padecer
necesidad y le cierra su corazón, ¿cómo puede permanecer en él el amor de
Dios?

18 Hijos míos, no amemos de palabra ni de boca, sino con obras y
según la verdad.

19 En esto conoceremos que somos de la verdad, y tranquilizaremos
nuestra conciencia ante Él,

20 en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor
que nuestra conciencia y conoce todo.

21 Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena
confianza ante Dios,

22 y cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus
mandamientos y hacemos lo que le agrada.

23 Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo,
Jesucristo, y que nos amemos unos a otros tal como nos lo mandó.

24 Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él;
en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.